Desde Lunet prestamos servicios a clientes de todo tipo, y por eso sabemos que es imprescindible la creación de un plan de higiene y desinfección adecuado a las necesidades reales de cada lugar, en este caso nos centramos en la limpieza hospitalaria de residencias de ancianos.
La pandemia de la Covid-19 ha alterado y modificado nuestro día a día. Por eso es de vital importancia aplicar protocolos y planes de limpieza y desinfección efectivos. Pero, ¿Cómo hay que desinfectar las zonas comunes en residencias? ¿Qué otras medidas hay que tomar?
Prevenir el contagio de enfermedades en residencias siempre ha sido imprescindible. Hoy en día, con la propagación de la Covid-19, las labores de higiene y desinfección en residencias de ancianos, centros geriátricos y centros de día han adquirido una importancia superior.
En todos los centros de mayores debe haber un sistema planificado de desinfección y de limpieza que se lleve a cabo periódicamente y que no perturbe a nuestros mayores en sus labores cotidianas.
A parte, para dejar un ambiente limpio y totalmente saludable, se debe tener conciencia de limpiar cada una de las superficies del centro, sobre todo las que son de difícil alcance o con rugosidades de las zonas comunes.
Limpiar y desinfectar las zonas donde comparten espacio los mayores y donde se suelen recibir las visitas de familiares o amigos es primordial puesto que supone una alta probabilidad de contacto, y por ende, de contagio de la Covid-19.
Trabajar con una empresa especializada en servicios de limpieza integrales, te asegura la aplicación de las últimas técnicas de higienización. Trabajando de forma intensiva se pueden eliminar, en la medida de lo posible, los virus, bacterias y otros patógenos.
La salud de los mayores que se encuentran en residencias u otros centros suele ser delicada. Por eso, es necesario una desinfección exhaustiva y una ventilación adecuada.
Imprevistos como se derramen alimentos y bebidas u olores peculiares por medicamentos e incontinencias hace que la ventilación diaria de espacios cerrados, habitaciones, baños, etc., sea obligatorio. Se recomienda ventilar diariamente durante unos 10 minutos.
En los centros de ancianos o residencias, las toallas de ducha y la ropa de cama se debe cambiar cada dos días para, aparte de eliminar causas de malos olores, acabar con la suciedad que puedan haber de restos de comida, orina, vómito o sangre.
La ropa de cama y toallas de las personas enfermas de las residencias, se lavará con los jabones o detergentes habituales a 60-90 °C.
Es más que recomendable utilizar productos desinfectantes adecuados que no permitan ningún tipo de alergia y que sean suaves para la piel. Además, la utilización de generadores de agua ionizada para limpiar el soporte de la cama antes de cambiar las sábanas consigue una desinfección del 99% de las bacterias, hongos y moho.
Nuestros ancianos necesitan vivir en ambientes estériles. Por eso realizar sistemáticamente controles de plagas es imprescindible para evitar que aparezcan hormigas o cucarachas que traen bacterias y enfermedades.
Las pautas de higiene personal son de obligado cumplimiento desde que vivimos en pandemia. En residencias de ancianos y centros geriátricos, al tratarse de personal vulnerable, deberán reforzarse las pautas de conducta higiénica.