Actualmente nos encontramos en un momento en el que las empresas han de redefinir sus estrategias con el fin de adaptarse a esta nueva situación que ha conllevado la Covid-19 y la consecuente importancia que ha ganado y reafirmado la higienización de los espacios de trabajo.
Tal y como se publicó en El País hace aproximadamente un mes, un grupo de científicos, liderados por la profesora Lidia Morawska, ha conseguido demostrar y convencer a la OMS para que asuma que el virus se transmite por el aire y donde existe el mayor riesgo es en espacios cerrados y con cierta densidad de personas, salvo si la ventilación es eficiente.
Por ese motivo, hoy por hoy, la higiene y desinfección está contribuyendo decisivamente no solo en la vuelta al trabajo sino también en la planificación y gestión de los cambios que se tendrán que llevar a cabo a medio y largo plazo en los espacios de trabajo.
Además, para asegurar el correcto cumplimiento de todas las medidas de seguridad y distanciamiento las empresas pueden aprovecharse de las ventajas de la tecnología y más concretamente del denominado IoT (internet de las cosas).
Este término es cada vez más popular. Lograr la visibilidad y el control de los miles de datos que cada minuto generamos en nuestras empresas se ha convertido en una prioridad.
En los últimos años hemos sido testigo de cómo ha avanzado la innovación en este aspecto a través de:
Precisamente, las etapas más severas de la crisis han sido decisivas para conocer el potencial del internet de las cosas aplicado a cualquier puesto de trabajo.
No solo es capaz de protegernos físicamente evitando la propagación del virus a través de técnicas de no contacto y control de densidad en salas, sino que también favoreciendo su eliminación con la automatización de la limpieza y la desinfección.
Además, para transformar un lugar de trabajo tradicional en un espacio antivirus, tenemos otras opciones en la eliminación de virus y bacterias pero destacamos dos: por un lado, la nebulización de hidroalcohol y la ionización catalítica radiante.
Esta solución es apta para espacios hasta 300m2, es inocua, hipoalergénica, su coste es reducido, competitivo y cuenta con muchos y distintos tipos de olores.
No obstante, el principal inconveniente es la necesidad de consumibles ya que la recarga de etanol se produce de forma manual.
Por otro lado, para espacios más grandes o que cuenten con sistemas de ventilación más sofisticados, está la opción de ionización catalítica radiante.
Este sistema no necesita de consumibles (recambios de lámpara cada año y medio aproximadamente), sigue siendo totalmente inocuo e hipoalergénico y su consumo energético es muy bajo.
Por el contrario, el plazo de entrega así como el coste es algo más elevado.
Para terminar, si quieres saber más, descubre de qué manera podemos ayudarte a conseguir tenerlo todo listo para la vuelta a la normalidad escribiéndonos a lunet@lunet.es y te asesoramos según el espacio de trabajo de forma totalmente gratuita.